viernes, 20 de enero de 2012

Los origenes del problema educativo

El problema de la educación básica pareciera que no tiene solución, los años pasan, las evaluaciones catastróficas internacionales como PISA vienen cada año y sigue sin pasar nada, cambian los Partidos Políticos en los gobiernos estatales y federales y los Secretarios de Educación y no pasa nada, presiona la sociedad civil desde organizaciones nacionales como “Mexicanos Primero” , “México a Debate” y otras muchas y sigue sin pasar nada, se hacen películas sobre el problema, la última, “De Panzazo”, con difusión nacional donde vemos en forma descarnada el problema y tampoco pasa nada o mejor dicho, las medidas costosas e improductiva se siguen dando como la Carrera Magisterial, Enciclomedia, y montones más de programas cada uno más ineficiente que el otro –sobre todo los dirigidos al medio indígena donde se calla el estado de desastre en que se encuentran las “Escuelas Unitarias”-- y más costoso que el anterior. Pareciera que el gasto en educación es el mismo barril sin fondo que la famosa “Estela de Luz” símbolo de la corrupción de un sistema que ningún partido político quiere cambiar.
Lo primero que se tendría que hacer es parar el espectacular gasto en educación en programas educativos sin fondo que están condenados al fracaso, como el que viene, del aula digital, que es un fracaso anunciado y tomar en serio el problema, desde su raíz.
Caracterizando el problema desde su origen, tenemos que el Sistema Educativo Mexicano (SEM) desde la época de Vasconcelos, surge como un proyecto que, desde la legitimación de un proyecto revolucionario triunfante, es dirigido desde la visión un modelo liberal ilustrado a resolver el problema educativo del país, sin embargo el proyecto inicial hace agua prontamente, ya que la instancia nacionalista-socialista triunfante, el cardenismo, desde el Estado, decide utilizar el naciente SEM en aras de un proyecto ideológico-político de izquierda privilegiando el adoctrinamiento y la formación para la lucha social y de clases y dejando lo educativo para después, cuando el proyecto triunfe.
Sin embargo las aguas pronto retoman toman su curso, el sistema se corrompe y deviene un hibrido, el Estado Revolucionario priista, el que con una ideología no muy clara se apodera del sistema educativo manteniendo el proyecto de apoyo al Estado e integrando a los maestros controlados por sus líderes --los verdaderos beneficiarios del sistema--, como ejecutores, divulgadores y formadores de ciudadanos que apoyan al régimen en consolidación y son premiados con un esquema jurídico asado en privilegios que comparten con la burocracia gubernamental, es decir, el SEM desde este momento tiene una función política partidista que permite a una cuasi dictadora de partido su permanencia y legitimación en el tiempo, ya que fuera de sus orígenes vasconcelistas iniciales, no se plantea resolver el problema educativo, se plantea utilizarlo en su provecho politizándolo desde los partidos políticos. Ese es el sistema educativo que hereda el PAN en el 2000, el que no ha sido capaz de reformar ya que el esquema es muy útil para la lucha electoral como hemos visto.
Mientras no cambie este esquema como planteo en mi último libro, los recursos dirigidos a este sector serán como cubetadas de dinero a la basura, inyecciones al fomento a la corrupción, grandes negocios de funcionarios sin escrúpulos sin ningún resultado real para los mexicanos.