viernes, 14 de diciembre de 2012


La violencia o la esperanza, el dilema del nuevo sexenio. 

Los mexicanos asistimos estupefactos a las imágenes de violencia que se dieron durante la toma de posesión de Peña Nieto y es que realmente y fuera de algunos estados del sur de la república, no estamos acostumbrados a ese tipo de manifestaciones que sólo vemos en la TV con referencia a España, Egipto o quizá a Guerrero, Michoacán o Oaxaca, pero no en la capital del país con bombas Molotov y todo eso.

La violencia y la guerra son ajenas a la democracia, de hecho son sus enemigas, ya que cuando desde el poder se apela a ella lo que ocurre es que se dispara la contingencia, o en otras palabras, deja de ser predecible el comportamiento de los que fueron afectados por ella y de todo el entorno que rodea a la acción política. Por eso es tan peligrosa, porque lo mismo puede servir para impulsar la democracia como lo ha sido en Egipto, como para llevarnos a una dictadura como sucedió en muchos países de América Latina.

La sociedad mexicana ha respondido exigiendo castigo a los culpables, aunque cada vez más, es menos seguro que los culpables son los que fueron detenidos, detenciones que parece ser respondieron a acciones arbitrarias de los policías que las llevaron a cabo como están demostrando varios videos que muestran estas detenciones en Internet. 

Sin embargo, más allá de los complots y los grupos radicales que participaron, la pregunta es ¿por qué los asistentes fueron inducidos a ese grado de violencia cuando en situaciones normales los dirigentes han podido controlar a estos movimientos extremistas? Anteriormente  la población, los jóvenes y otros grupos civiles se habían mantenido al margen salvo hechos aislados dirigidos por los extremistas de siempre que todos conocemos.

Una explicación sería la violencia previa que se dio antes y durante el último ejercicio electoral, la cual consiste en una violencia de tipo simbólica --pero violencia al fin—, consistente en la instrumentalización –en lenguaje sociológico— de los más pobres. Cuando los partidos compran votos, se dice que están instrumentalizando a la gente, esto es, que los ven, no como seres humanos, sino como mercancías que pueden comprar y de las que pueden disponer. En Ciencia Política una situación de este tipo es considerada una forma de violencia. Ahora bien, cuando se da de una manera tan amplia como sucedió en las últimas elecciones, no puede menos que provocar que la política entre en grados de contingencia mayores, es decir, se deteriora la estructura de convivencia política que resguarda la sana convivencia entre ciudadanos mediada por los partidos políticos y puede suceder cualquier cosa, lo político se vuelve impredecible.

Un costo tendría que tener la forma en que se organizó el fraude electoral y la impunidad que existe y que no guarda ni las formas más elementales de simulación, cuando el IFE declara que según sus investigaciones lo de Monex y Soriana, el fraude vía los monederos, no existió, cuando para la población esta declaración no es más que otra forma en que se exhibe la impunidad y la descomposición que prevalece en el medio político de nuestro país.

Violencia genera violencia ¿Cómo generar confianza y alejarnos de tan pernicioso círculo que puede llevarnos a más y más violencia? La respuesta del gobierno en turno fue el pacto político, una buena respuesta si se logra cumplir y si los poderes fácticos no logran bloquearlo como fue el caso del partido verde que logró cambiarlo de última hora bajo órdenes de televisa. El inicio de un nuevo sexenio siempre ha ido acompañado de la esperanza, cada vez más débil, pero esperanza al fin. Vivimos un momento de coyuntura en que nos dejó la guerra de Calderón y que aumentó con la violencia electoral. Roguemos porque se pueda enderezar el camino y poner un coto a la muerte de la democracia en México, lo que nos queda que no es despreciable, a pesar de lo que muchos creen.

Dr Armando Peraza Guzmán
Profesor investigador de la Universidad Pedagógica Nacional en Yucatán y miembro del claustro académico de la Universidad Anáhuac en Mérida.

miércoles, 12 de diciembre de 2012


LIC. RENAN BARRERA CONCHA.
ALCALDE ELECTO DE LA CIUDAD DE MÉRIDA.
INFORME DE LA VISITA A LA POLICÍA MUNICIPAL DE LA CIUDAD DE MÉRIDA YUC.
Dr. Armando Peraza Guzmán.
Miembro de la Comisión de Transición (2012).

La  visita en cuestión, se realizó en compañía del Regidor electo, Elias Lisha y nos recibió su titular, el Comandante Federico  Cuesy Adrián, con quien se realizó una visita a las instalaciones y quién colaboró plenamente a la misma con observaciones atinadas que fueron corroboradas en el sitio.
El reporte de la visita es el siguiente:
La seguridad al entrar es deficiente pues el arco detector de metales no funciona o no está conectado, lo que pone en riesgo a la corporación ya que las armas, por ejemplo, están en un cuarto con una cerradura común sin mayor seguridad y existe el riesgo, como ha sucedido en varias lugares de la república, de que un comando de delincuentes busque procurarse armas, pór lo que fácilmente saquearía el lugar. Se necesita trabajar ampliamente este rubro de seguridad. Se recomienda estrictos sistemas de seguridad con protocolos establecidos y un área de resguardo blindada de armas.
El armamento es prestado por la policía estatal ya que no se cuenta con los permisos necesarios para la portación de armas por parte del ejército y en general existen armas de todo tipo, desde pistolas antiguas y en no muy buenas condiciones, hasta subametralladoras y fusiles recortados de mejor factura y mayor capacidad de fuego. Se recomienda una mejora en la calidad de las armas, el trámite ante la SEDENA de los permisos de portación de armas, y en caso de que esto no fuera posible, ver el cambio en el perfil de los policías para crear un cuerpo civil de apoyo ciudadano, sin armas, pero con sofisticados medios de comunicación a su alcance para mantener una adecuada comunicación que coordina la prevención y la persecución del delito en la que los agentes funjan como apoyo dentro de una logística mayor en coordinación con la Policía del Estado.
El nivel de escolaridad del personal (policías) es de secundaria, además, al ser contratados no se les somete a ningún curso en la Academia de Policía, sólo eventualmente si así se solicita, no hay protocolos al respecto, lo que deja a la ciudadanía en riesgo ante gente con poca preparación que se asume con autoridad ante ellos, lo que llevaría fácilmente a abusos en el entorno de los Derechos Humanos. Se requiere una profunda política de profesionalización del personal de policía empezando por elevar el nivel de escolaridad del mismo, acorde con una mejora salarial. Todo lo anterior en beneficio de la ciudadanía. Se recomienda vincular el ingreso de policías con exámenes psicológicos que nos garantice que el personal está sano mentalmente y no es un psicópata que dañe a los ciudadanos, además de convenios de colaboración con institutos penales que los capacita antes de ingresar en ámbitos de atención ciudadana, además de acudir a una academia para su preparación en técnicas de detención y protocolos de comportamiento ante situaciones de emergencia, detenciones y otras 
En forma marginal, se atienden varios programas de prevención del delito que requieren ser reforzados con personal especializado y una programación adecuada con  los posibles usuarios de los mismos, con convenios de colaboración con la SEP, ONGs y otras organizaciones de corte ciudadano, para vincular estos programas con la sociedad civil e impulsar la participación ciudadana en el combate y prevención del delito
Las instalaciones de detención preventiva, son insuficientes, mal equipadas, sin espacios de privacidad para las necesidades biológicas básicas de los detenidos, con camas de cemento sin ningún tipo de cubierta y sin una separación adecuada entre hombres y mujeres, ni una policía femenina que atienda estas últimas, además de que las cámaras que vigilan estos espacios son manejadas por personal masculino, sin hacer distinción si los detenidos son hombres o mujeres, lo que a todas luces viola principios de género establecidos desde el ámbito de los Derechos Humanos, por lo que extraña que esta institución –la Comisión Estatal de Derechos Humanos-- no tenga observaciones al respecto, pues se informó de varias visitas  y de que la corporación no tiene recomendaciones pendientes hasta la fecha. Es de hacer mención que en la mayor parte del edificio de la institución hay aire acondicionado, por lo que extraña que en este espacio se carezca de él, lo que nos lleva a pensar que el calor –sobre todo en ciertas épocas—es un medio de tortura, por lo que debe ser remediado. Se recomienda construir nuevas instalaciones con recurso federal  disponibles que según el titular de la corporación existe y ha sido ofrecido,  pero no se han podido porque el ayuntamiento anterior no les proporcionó el terreno para su construcción. Es de urgencia atender este problema elemental para la propia existencia de la corporación. 
La atención de los detenidos proporcionándoles servicios de comunicación al momento de su detención no se observó, ni la provisión de papel, agua o alimentos, los que se reducen a la compra de tortas sin un comedor que se encargue en forma profesional de la elaboración de alimentos para los detenidos, con una dieta apropiada. Es de hacer notar que La Comisión Estatal de Derechos Humanos se conforma con la compra de tortas cuando se percató de esta anomalía, lo que nos extraña  por la insuficiencia de la medida.
En caso de detención de menores, no se tienen instalaciones adecuada ni protocolos de comportamiento o apoyo de personal especializado, contándose con un cuarto sin ventilación, sin sanitario ni aire acondicionado, o con las condiciones mínimas de permanencia en un entorno que no viole los Derechos de los Niños, por lo que también extraña la falta de observaciones de la antes mencionada Comisión Estatal de Derechos Humanos.
Para la identificación de los detenidos no se cuenta con un sistema de huellas digitales, sólo un sistema de registro de nombres con conexión nacional, pero que por sí mismo, no cumple con los protocolos de una instalación policiaca moderna que pueda identificar con certidumbre a los mismos.
No tiene laboratorio para las pruebas requeridas en una detención, ni un espacio apropiado que resguarde los reactivos aplicados para la detección de drogas y alcohol, por lo que sus resultados iniciales no deberían tener validez jurídica para las detenciones, ya que existen protocolos para los mismos tanto en el orden nacional como en el internacional que deberían establecerse.
Existe un sistema de vigilancia por cámaras para la ciudad, mínimo que no alcanza a cubrir más allá de un mercado y una que otra calle, con equipos obsoletos en algunos casos y nuevos en otros, por lo que se requiere urgentemente una inversión y mejora en este rubro, dado que ha sido vital en otras regiones para la prevención del delito y una mejor vigilancia de la ciudad, es más, creo que es urgente crear un centro de control de vigilancia con cámaras que abarque toda el área bajo jurisdicción de la Policía Municipal, siendo ésta una inversión prioritaria para la protección de la ciudadanía.
Los espacios de trabajo son totalmente insuficientes, pequeños inadecuados y se observa un hacinamiento del personal, por ejemplo, el personal de policía no dispone de casilleros individuales, lo que provoca que sus pertenencias estén apiladas al aire libre ya que no hay un espacio de baños regaderas o sanitarios apropiado para el uso de los mismos, con baños insuficientes que despiden un olor fétido por el uso intensivo que se hace de ellos en relación a su tamaño.
Estas son sólo algunas de las observaciones que se pueden hacer. En general se requiere de todo un proceso de reingeniería e inversión a corto plazo mediante protocolos definidos por especialistas, para darle a esta institución y a la ciudadanía de un espacio digno que apoye en las labores de seguridad, atención prevención y persecución del delito, lo que a todas luces con las deficiencias actuales no sucede. En caso de que por diversos motivos esto no se pueda realizar, por problemas económicos o de estrategia y logística, se recomienda la desaparición de la corporación por lo delicado que sería que continuara operando en las  condiciones de funcionamiento actuales y los daños a que está expuesta la ciudadanía por delitos menores como problemas de tránsito, los daños a menores y la deficiente atención a las mujeres. El temor que pueda sentir la ciudadanía ante su ingreso a estas instalaciones está totalmente  justificado y debe ser atendido de inmediato por el ayuntamiento y sus nuevas autoridades.

Mérida Yucatán a 30 de  agosto de 2012

jueves, 25 de octubre de 2012


Las normales y la crisis del sistema educativo
Autor: Dr. Armando Peraza Guzmán


Hace tiempo lo venimos diciendo, al Sistema Educativo Mexicano le hace falta una cirugía mayor que ataque el problema multifactorialmente, iniciando primero por separar lo social de lo educativo, la profesión de maestro no debe servir más como puente preferente para la movilidad social a través de la profesión de maestro, debe servir a la propia educación.

La Normales Rurales tienen una respetable tradición, inicialmente sirvieron para que las clases medias en ascenso fortalecieran al sistema educativo nacional desde la provincia. Los hijos de maestros y de otros grupos sociales favorecidos por la ampliación de oportunidades en un país en pleno crecimiento vieron en ellas una posibilidad de servir y ser atendidos por un gobierno que fungía como trampolín del crecimiento económico y que, contrario a otros países latinoamericanos, mediante el gasto público cimentó una clase media que permitió la creación de un mercado interno que impulsó el desarrollo económico de los años cuarentas a los sesentas.

Sin embargo el impulso se agotó, entró en crisis el “Milagro Mexicano”. En los sesentas Echeverría provocó una crisis económica y social fruto de un sexenio de dispendios y populismo a ultranza. Es aquí donde inicia la debacle del sistema educativo al masificar a las normales y ofrecerlas como vía de ascenso social a los más pobres, ya que las universidades –vía natural para la movilidad social--  estaban fuera de su alcance. Aquí también inicia el lento deterioro académico del normalismo que desapareció como oficio propio de un estamento que, como el de los abogados y doctores, se nutría de sus propias filas –sus hijos—. El deterioro del prestigio social del maestro es una muestra de ello

El SNTE también cambió, paso de ser un enclave de intelectuales orgánicos semiautónomos, a ser tomado por un grupo de golpeadores al mando de Carlos Jonguitud, que con el apoyo de Echeverría lo tomó por asalto y utilizó el sistema de normales para ampliar la base de apoyo del presidencialismo. Incorporó al sistema político a la población más pobre y usó el sistema de formación de maestros como un medio masivo de control popular, olvidándose de la herencia vasconcelista y de la más reciente utopía del socialismo cardenista. A su vez, Salinas modernizó al SNTE cambiándole la cara, pero mantuvo un férreo control sobre él con la Mtra Elba Esther Gordillo al frente, impidiendo la descentralización sindical e impidiendo que se desmembrara con la descentralización educativa de los noventas. La base del poder de la Maestra está en la centralización de las cuotas sindicales y en la vinculación de negocios entre la SEP y el sindicato, dejándoles a los Estados la venta de plazas para consumo propio y manejo corporativo local.

El normalismo como sistema formador de maestros, ya se agotó. Desde hace muchos años fue pervertido por su vinculación directa con el sistema político al mantenerlo sujeto jurídicamente a la SEP, cuando todas las instituciones de educación superior deben ser Organismos Públicos Descentralizados con autonomía y ley orgánica propia. Algo similar le sucedió a la Universidad Pedagógica Nacional que para avanzar requiere ser transformada en una verdadera universidad, desvinculándola de la SEP y no ser universidad sólo de membrete.

Reformar el Sistema de Formación de Maestros requiere ser maestro de preescolar y primaria adquiriendo un título universitario, donde las universidades estructuren el currículum de formación en función de los cambios que sucedan en el sistema educativo y acceder mediante exámenes al ejercicio de su profesión. Para ser maestro de secundaria y bachillerato se necesita tener una profesión universitaria en algún área de conocimientos y después tomar los estudios en docencia necesarios para impartir clases. Mientras no se siga esta lógica y se profesionalice la formación de maestro el desprestigio seguirá y la función docente adolecerá del sustrato estamental que toda profesión requiere 

No nos engañemos pensando que el cambio es imposible, estamos en un momento coyuntural donde la sociedad civil en general, desde las ideologías de izquierda, derecha y centro, claman por un cambio. El Estado debe negociar con esta sociedad, debe resolver mediante el diálogo los múltiples problemas que traería una modificación del sistema. Por otro lado, los habitantes de las comunidades que soportan a las Normales Rurales necesitan espacios de formación que les permita una mejor forma de vida y oportunidades laborales locales. Si les quitamos las normales sin compensarlos por ello nos espera una dura lucha social, actuemos con inteligencia y no escatimemos recursos, necesitamos un liderazgo educativo que encabece los cambios, la pregunta es ¿lo tendremos?    

lunes, 8 de octubre de 2012


La reforma laboral desde la óptica de una ética pública republicana.
Dr Armando Peraza

Estamos hablando de sentido común, de aquellas cosas que pos sí mismas son evidentes y en esto entra la justicia llamada distributiva, que plantea el logro del bienestar como diría A. Sen, desde la postura de la posibilidad de lograrlo en una relación contractual de vida, como lo sería la laboral, donde la libertad, como fin último de un marco jurídico que engloba la relación obrero-patronal, estaría vista desde la posibilidad de un individuo –trabajador-- para lograr este bienestar por sus propios medios .

Cuando se habla de Reforma Laboral, se habla de cambiar el marco jurídico que envuelve la relación entre trabajadores y patrones, que es una relación fundamental en una sociedad capitalista donde la propiedad privada en su relación con el trabajo, genera una masa o acumulación de capital, que para ser incrementada –lo que genera la posibilidad de desarrollo y crecimiento económico—, debe sujetarse al  principio de igualdad ante la ley, que es central en una sociedad democrática, si no queremos regresar a los estándares del capitalismo salvaje, donde los procesos de crecimiento del capital estaban subordinados a una falta de equidad que no generaba desarrollo, sólo enriquecimiento de un sector de la sociedad sin beneficio alguno para la Nación, es decir, la Nación al servicio de una oligarquía de propietarios desde una relación mediada por un Estado no democrático y autoritario, lo que a fin de cuentas originó diversos movimientos revolucionarios entre los que está el nuestro y que de una u otra manera resolvió de una manera jurídica socialmente aceptada esta relación.

Entonces, toda modificación a esta relación jurídica requeriría del establecimiento de un diálogo entre las partes involucradas, en principio, partiendo en forma obligatoria de ciertas premisas –no podemos partir desde cero— éticas,  propias de una sociedad democrática y que se encuentran dentro de la antes mencionada Justicia Distributiva.

Decía Hannah Arendt  que la característica fundamental de la relación entre los hombres –Condición Humana— es el diálogo, pero también dice que éste está en relación a la búsqueda de un sentido positivo de la libertad, o sea,  la capacidad de los seres humanos para actuar en forma concertada –poder--, pero esto sólo es posible si la Constitución de un país está no para poner límites al pueblo, pues de ser así no estaría constituido por él. Este documento fundante existe para establecer su libertad –vista como la posibilidad de alcanzar su bienestar --mediante los canales adecuados para su logro. Cualquier otra intención iría contra los propósitos de la Constitución misma y por tanto del Pueblo-Nación y contra el fin de convivencia social basada en el logro de la unión en la construcción de las leyes, soporte último de la legitimidad y fundamento del logro de la libertad.

Desde esta premisa, el diálogo nos servirá para establecer principios republicanos básicos en toda relación entre iguales, mediante los pesos y contrapesos necesarios para el mantenimiento de la paz social.  El logro de este equilibrio entre actores sociales le corresponde al legislativo pero mediado por la “autorictas”, que nos garantizaría el respeto a las leyes, y esta “autoridad” sólo existe si el diálogo parte de un “previo acuerdo ético sustantivo”. Como ejemplo propondría la idea de que todos estamos de acuerdo que el empleo y su remuneración debe estar considerado en la categoría de “decente”. Un “empleo decente” según lo establecido por las organizaciones internacionales del trabajo,  debería ser el punto de partida de toda discusión, sobre todo si ya está contemplado en nuestra Constitución en el Artículo 5to, párrafo tercero, donde dice: “Nadie podrá ser obligado a prestar trabajos personales sin la justa retribución y sin su pleno consentimiento”. A partir de ahí iniciamos lo político, es decir, las particularidades que puede asumir, si es por horas o con periodos de prueba etc., etc., etc.

Entendemos  por “justa remuneración” o “empleo decente”  entonces, lo especificado por la Organización Internacional del Trabajo como: “trabajo productivo en condiciones de libertad, equidad, seguridad y dignidad, en el cual los derechos son protegidos y que cuenta con remuneración adecuada y protección social”. Este empleo debe orientarse hacia los cuatro objetivos estratégicos de la OIT que son: “a) la promoción de los derechos laborales; b) la promoción del empleo; c) la protección social contra las situaciones de vulnerabilidad, y d) el fomento del diálogo social”.

En este momento  el Senado tiene la palabra en cuanto a si representa a la Nación desde el concepto  arendiano de “patriotismo constitucional”, donde su obligación sería ser el 'intermediario' a través del cual deben pasar todas las ideas públicas"(Arendt) resaltando en el proceso político de diálogo interpares, “la diversidad y la integridad de las diversas formas de vida que coexisten en una sociedad multicultural” (Arendt).

miércoles, 2 de mayo de 2012


LA NUEVA REFORMA EN EDUCACIÓN.

A raíz de la última reforma en el ámbito de la educación básica, que pasa paulatinamente de 6 a ocho horas el horario escolar diario en el transcurso de 10 años, es de hacer notar las peculiaridades que tendría en nuestro Estado, ya que Yucatán, por el intenso calor a medio día, requeriría de medidas especiales para la implementación.

Es de señalar que el fuerte calor nos llevaría a la necesidad de trabajar una jornada partida de 7:00 am a 12:00 pm y de 4:00 pm a  7:00 pm. Esto es benéfico de muchas maneras y podría detener la proliferación del pandillerismo al tener ocupados a los niños y adolescentes de secundaria en sus instituciones escolares, lo que por sí es una ganancia.

Se requeriría hacer toda una estrategia para lograr que las escuelas públicas tuvieran alumnos que vivan en forma obligatoria en sus cercanías, ya que de otra forma sería muy oneroso el doble traslado, y también, ver la posibilidad de que en las escuelas, en las que se dispongan las condiciones climáticas artificiales suficientes, se pueda trabajar horario corrido, que serían las menos y sólo algunas particulares que disponen de gimnasio techado y salones con aire acondicionado, además de posibilidades de conservación de alimentos para los alumnos.

Las escuelas en Yucatán no tienen la infraestructura deportiva, cultural y tecnológica para el tipo de actividades  que se señalan en la reforma, por lo que habría que integrar funcionalmente mediante una coordinación especial, áreas específicas de  las Secretarias de Educación, de Deportes y de Cultura del Gobierno del Estado y del Municipio, para disponer de la infraestructura necesaria para este fin. Hay que recordar que se dispone de parques habilitados con Internet, gimnasios con infraestructura deportiva y  espacios culturales como teatros de diversos tipos, suficientes para trabajar la reforma bajo las nuevas condiciones.

No se trata de llevar a los niños a que se aburran en escuelas sin el equipamiento de cómputo necesario, se insolen en prácticas deportivas al aire libre, se acaloren en salones mal ventilados y sin el mínimo de acondicionamiento, se intoxiquen con alimentos no refrigerados y sufran inútilmente en  escuelas por falta de agua potable de garrafón ya que la del grifo no es confiable, en escuelas sin capacidad ni condiciones  para realizar lo mínimo indispensable para que sea posible la reforma, más allá de la retórica oficial a que nos tienen acostumbrados. Para hacerlo adecuadamente sólo se requiere voluntad, inteligencia y capacidad logística para su implementación.

Hay que desarrollar toda una logística de trabajo intersecretarial para hacer atractivo el proceso.  Por mencionar un ejemplo, que en el área de deportes existan competencias periódicas bajo supervisión de entrenadores y arbitrajes competentes coordinados desde la Secretaría o Instituto del Deporte, que les permitan fijar objetivos en competencias inter-escolares para hacer atractivo el ejercicio del deporte y vincularlo con programas de alto rendimiento, lo que nos llevaría a hacer viable la reforma a los ojos de padres y alumnos y en lo deportivo, saldría beneficiado el Estado, cuyo nivel es en torno a los deportes colectivos como el futbol es patético, ya que en nuestro Estado se privilegia sólo la competencia individual que no tiene impacto en el combate a la violencia.

Hay mucho trabajo que hacer, se requiere voluntad y honestidad, pero sobre todo ideas. Espero que las propuestas de los ahora candidatos incorporen esta nueva realidad a sus propuestas en lo educativo, las presentes son sólo algunas para hacer viable la transición.  

lunes, 26 de marzo de 2012

EL HABITUS EN LA ESCUELA PÚBLICA; SU IMPACTO EN LA REPRODUCCIÓN DE UNA CULTURA DE LA VIOLENCIA EN MÉXICO.




La violencia en la escuela, ¿un aprendizaje en competencias?
Existe algo que desde Bordieu llamamos capital cultural y económico, que los individuos van adquiriendo desde sus vivencias. Se conforma  cuando las mismas vivencias se relacionan con la estructura de poder en que viven, de esta manera los individuos privilegian los aprendizajes que les permiten sobrevivir en el entorno de vida en que ellos existen, se adaptan a las relaciones de poder que perciben en su entorno desde su cotidianidad, donde los más beneficiados por el sistema buscan mejorar su situación en el estado de las cosas preexistentes y los menos beneficiados buscan introducirse en un campo, el que es definido por Bordieu y Wacquant como:

(…) una red o una configuración de relaciones objetivas entre posiciones. Estas posiciones están objetivamente definidas, en su existencia y en las determinaciones que imponen sobre sus ocupantes, agentes o instituciones, por su situación presente y potencial (situs) en la estructura de distribución de especies del poder (o capital) cuya posesión ordena el acceso a ventajas específicas que están en juego en el campo, así como por su relación objetiva con otras posiciones (dominación, subordinación, homología, etcétera). (Citado por Chuquilin Cubas, 2011)


Es aquí donde podemos pensar la relación de los maestros y alumnos dentro de la escuela pública en México, donde el estado de las cosas está definido por la triada: escuela-SEP-SNTE, en la cual las relaciones de poder se reacomodan continuamente según los momentos que se viven desde su propia cotidianidad.

¿En qué consiste esta cotidianidad?, conocerla es la misión indispensable a realizar para entender el problema educativo desde el aula, ya que la misma determina, desde casos particulares, la manera en que se dan las relaciones sociales de aprendizaje de los niños, los que serán diferenciados también según su edad. No será lo mismo la primaria inicial que la secundaria donde, como sujetos que entran a la adolescencia,  responden en forma diferenciada a las relaciones de poder que encuentran ya establecidas.

Para las clases medias desde la escuela secundaria  se conforman desde su cotidianidad unas relaciones sumamente violentas, que se pueden explicar por un lado como fruto de la natural rebeldía de la juventud y sus ideales, desde una formación moral que, sobre todo desde estas clases, se arraiga desde el discurso cotidiano del hogar, formación que se enfrenta a una realidad en la escuela marcada por la simulación, el autoritarismo, la falta de pluralidad y muchas veces la corrupción, e incluso el acoso sexual de muchos tipos, por lo que esta respuesta violenta se vuelve necesaria desde un  ethos moral  que en la juventud es muy fuerte, por su fuerte tendencia a idealizar las situaciones y privilegiar la solidaridad con sus iguales.

Sin embargo, por el lado de las clases más desfavorecidas --y estaríamos hablando principalmente de los grupos marginados de las grandes urbes--, donde la familia ha sufrido un proceso de desintegración que deja indefensos a sus miembros más débiles –los hijos-- al no permitirles enfrentar desde un “comportamiento” –ethos-- moral -- resguardado e imitado como una forma de protección y formación familiar--,  la situación de violencia  escolar con sus valores de sumisión y violencia simbólica extrema.

Estas clases desprotegidas y marginadas,  se vuelven rehenes de sus únicos referentes culturales legítimos: su entorno social degradado y sus maestros con un entorno escolar igual de degradado, lo que los lleva a adquirir una sensibilidad excesiva –por la interiorización de los valores ahí presentes-- al entorno cultural de la escuela o al de sus pares en las agrupaciones juveniles --pandillas--, que se forman desde la búsqueda de una identidad que no pueden adquirir en la familia, dándose también un proceso de ruptura y violencia cuando prevalece la calle como referente de identidad ante las agresiones –Bullying-- de parte de maestros y compañeros.

Los alumnos de la escuela básica en México están sujetos a la voluntad casi absoluta de sus maestros, directores e inspectores, siendo estos últimos la pinza que cierra y legitima desde el poder el discurso magisterial que deriva en el trato cotidiano a los alumnos desde el aula y la escuela, espacios desde donde se crea un habitus  desde la practicidad de la vida escolar, una forma de vida o una forma de ser para sobrevivir.

O como dice Córdoba citando a Bordieu (2003):

Los habitus poseen un carácter esencial en el mundo práctico y son respuestas cuasi automatizadas y anticipadas a los estímulos del medio, las cuales han sido aprendidas en la experiencia práctica y “preadaptadas”  al orden social, porque constituyen para el individuo la única manera lógica para él de estar en esa particular porción de la realidad que le toca vivir. (p.3)

A nivel de la escuela primaria, este conflicto no se percibe y se da por sentado que la ausencia de conflictos muestra un sector bien adaptado a su entorno y en proceso de aprendizaje. Lo que no vemos es que en las edades en que el niño está en este nivel su proceso de desarrollo es de aprendizaje y obediencia y responde pasivamente a las agresiones, sobre todo de sus referentes de autoridad como son los maestros y directores, es así que la escuela se ha convertido en un lugar violento donde se aprende la violencia dentro de la mejor tradición de las competencias, ya que, como nos menciona  Abramobay (citado por Velazquez Reyes, 2005):

En lugar de ser un lugar seguro y de integración social, de socialización y de resguardo, la escuela se tornó en un escenario de acontecimientos violentos. Ella se viene mostrando como un lugar donde las varias modalidades de violencia –físicas y simbólicas—se manifiestan de manera particularmente intensa. Esto se debe, de un lado, al hecho de que la escuela refleja las tensiones frustraciones y problemas que ocurren fuera de sus muros y que interfieren negativamente en la vida de la comunidad, y, del otro los grandes discursos sobre principios y valores de la educación ya no encuentran resonancia en la sociedad. La escuela no prepara más para el mercado de trabajo, ni es la única o principal fuente de transmisión de conocimientos sobre el acervo cultural de la humanidad. Además de esto, la escuela no corresponde a la expectativa de abrir la posibilidad de un futuro para los jóvenes (p.743).

 El conflicto en este nivel sólo se da cuando los niños son víctimas de violencia excesiva y los padres se enteran, lo que genera un conflicto de grandes dimensiones ya que en este tipo de casos estamos hablando de violaciones sistemáticas a los derechos humanos y de conductas delictivas como la pederastia.

Mantener el tipo de relaciones en la escuela mexicana como se dan actualmente, donde el autoritarismo campea a sus anchas ante una ausencia notoria de espacios públicos democráticos, sin que  exista un sano equilibrio político de poder entre los maestros-directivos y los alumnos y donde el espacio público esté demarcado claramente para no interferir en los espacios de aprendizaje –los cuales también requieren de otro espacio, pero entre pares— provoca que la escuela primaria sea el lugar donde se gesta el conflicto posterior que profundiza el problema de la baja calidad educativa que ya sufre la primaria y que se agudiza en la secundaria.  

Investigaciones recientes nos indican que la violencia simbólica es más intensa en la primaria y la explicación podría ser la indefensión natural de los niños ante sus mayores en una etapa formativa básica para su formación como personas. A nivel secundaria el entorno es el que se vuelve violento por la mayor capacidad del alumno para encarar a sus agresores, en este sentido podríamos hablar de una mayor agresividad del alumno ante el maestro o la escuela la que responde con mayores normas disciplinarias para asegurarse un espacio de acción en su labor, tenemos así que en la investigación de Velázquez Reyes (2005):

El mayor porcentaje de casos de violencia en la escuela se encuentra en la primaria (67%), después le siguen secundaria (15%), preparatoria (11%) y preescolar (8%). Se registra, también, una diferencia de género: los hombres son víctimas de mayor cantidad de violencia física (67% vs 33%) pero son las mujeres (57% vs 43%) quienes narran más episodios violentos (p.754). 

Hay que recordar que  un campo, como nos dice Bordieu, es “un sistema estructurado de posiciones sociales, un sistema estructurado de relaciones objetivas e históricas entre esas posiciones y ciertas formas de capital o poder” (citado por Chuquilin Cubas) y que como nos dice el mismo autor, mientras más diferenciada es la sociedad el espacio social es más multifuncional y con muchos campos, todos articulados entre sí, lo que hace cada vez más complicado su análisis como sería el caso mexicano.

La escuela entonces, es un campo donde se reproduce en muchos casos –sobre todo la escuela pública existente en las zonas marginales urbanas— la relación de poder que se estructura más arriba, desde la triada: escuela-SEP-SNTE (Peraza, 2010), por lo que en ella está la base de la legitimidad que estructura las formas de poder corporativo que caracterizan a nuestra sociedad y que simbólicamente van, desde el regalo que acostumbran dar los padres de familia a los maestros para mejorar la calificación de los hijos, hasta la cuota en dinero o especie que los padres tienen que proporcionar para que sus hijos sean admitidos en ella, en pocas palabras, se enseña en los hechos la relación clientelar entre opresores y oprimidos, la cual tiene como característica según Mario Caciagli (citado por Gómez-García 2008):

(…) el clientelismo es una relación diádica en la cual un agente, en posición de superioridad, utiliza su influencia y sus recursos para dar protección y seguridad a otro agente, que está en posición de inferioridad, a cambio de servicios, lealtades y apoyos (p.331).

Es decir, se crean unas relaciones simbólicas de poder mediadas por un habitus que legitiman las relaciones de poder basadas en la violencia desde su cotideanidad, o siguiendo a Shi podemos decir (citado por Córdoba, 2003):

El habitus es producto tanto de la historia individual como de la historia colectiva, decantadas en la práctica gracias a las regularidades de la acción social, se presenta como una “subjetividad socializada”, donde individuo/sociedad; subjetividad/objetividad; cuerpo/mente, se encuentran en relación dinámica. De igual manera propone un vínculo no dicotómico entre la reproducción biológica y la social que es indispensable para entender la posición de los sujetos en términos de relaciones de poder. (p.3)

Como vemos, esta definición marca en forma precisa la relación entre el alumno y el maestro, y a su vez, la relación entre el padre de Familia y el maestro, de ahí que sólo en casos extremos –violencia extrema— el padre de familia o el alumno estén dispuestos a acusar o denunciar al maestro por prácticas indebidas, ya que se consideran “beneficiarios” del sistema, no sus víctimas, siendo así que los alumnos aprenden esta relación y forma de ser desde las aulas como algo propio del “ser”, algo correcto, algo que les beneficia a todos o como diría Weber desde las sociedades tradicionales de corte patrimonial, los favores del señor y las obligaciones del cliente.

Por esto puedo decir que desgraciadamente la escuela no está cumpliendo su misión principal en el México de nuestro tiempo, misión que debería compartir con la familia y que podemos entender como la formación de un ethos moral que sirva como muro de contención a la futura integración de los adolescentes a la delincuencia organizada, ethos que debería desarrollarse desde un Pathos --discurso emocional-- y un logos propios –discurso lógico racional— que impulse los valores ético morales de la democracia, que los enseñe a ser ciudadanos, no desde el discurso, si no, desde el ejemplo cotidiano en las aulas, ya que la democracia es ante todo una forma de vida.

El discurso escolar emotivo y racional que debería surgir de un entorno escolar sano, es substituido por “otro discurso” desde la cotidianidad de la vida de los adolescentes por: la música de moda, Internet y las redes sociales, la película, la religión y otros referentes similares y diversos en la cultura mexicana, donde se exalta a los “héroes”, miembros  de los grupos de la delincuencia organizada que han caído en los enfrentamientos con las fuerzas del orden o el ejército, lo que configura un discurso con un contenido épico de redención social que es asimismo un discurso emotivo (pathos) , que les permite rechazar el débil “logos” (discurso racional) escolar y cooptar casi en forma natural a los adolescentes, ya que la escuela con su ethos desvalorizado por el enfrentamiento cotidiano que se da en su interior: alumnos-escuela, basado en situaciones que son percibidas como claramente injustas y con un sentido de no solidaridad, no es capaz de formar dentro de los valores libertarios y sociales que le son propios a la sociedad occidental moderna y que son la base de su funcionamiento, incluso como sociedad de mercado, no sólo como sociedad democrática.

La idea de que para disminuir la delincuencia hay que lograr la permanencia en la escuela sobre todo en el Nivel Medio Superior, queda en entredicho, es más que eso, hay que lograr que las escuelas sean también un espacio formativo de un ethos moral acorde a la civilización democrática en que queremos vivir, formar ciudadanos, ese es el reto, pero no debemos creer que sólo es un problema del currículum escolar como plantea la Reforma para la Educación Media Superior (RIEMS), es un problema esencialmente de organización escolar, un problema de moral pública en la escuela.    


Bibliografía

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Velázquez Reyes, L.M. (2005). Experiencias estudiantiles con la violencia en la escuela. Revista mexicana de investigación educativa, julio-septiembre, año/vol. 10, número 026, México D.F. COMIE. Fecha de  acceso, 22 de octubre de 2011.                  http://www.culturadelalegalidad.org.mx/recursos/Contenidos/Educacin/documentos/Experiencias%20estudiantiles%20con%20la%20violencia%20en%20la%20escuela.pdf

jueves, 1 de marzo de 2012

De panzazo, una visión desde la sociedad y una propuesta de cambio educativo

DE PANZAZO, UNA VISIÓN DESDE LA SOCIEDAD Y UNA PROPUESTA DE CAMBIO EDUCATIVO.

 El documental ha sido exaltado o criticado, se han descubierto sus imprecisiones en el manejo de los datos –como el hecho de que los maestros en México están muy bien pagados, lo que también es relativo al PIB del país— y también se ha querido etiquetar a sus críticos como simpatizantes de la Profesora Elba Esther o desde la izquierda de siempre, de ser una película al servicio de los empresarios y las televisoras en México y de ser un proyecto específico de nación de corte privado-empresarial que busca privatizar el sistema educativo.

 Estas críticas nos enseñan que si existe una disputa por la educación y más aun, es profunda en un país que tiende a la pluralidad. Sin embargo, más allá de ideologías, yo quisiera que veamos a este documental como una serie de testimonios que orientan o dan sentido a las críticas hechas en torno a nuestro sistema educativo, y lo más importante, es un vehículo que nos permite aproximar el problema a los miles de padres de familia que están pensando que sus hijos reciben una buena educación en las instituciones educativas a las que asisten. Más allá de todas las posturas anteriores creo que este es el principal logro de la película.

 La lógica de una mala educación desde las aulas, no es percibida por la mayoría de los padres de familia de las clases pobres y de clase media que son la mayoría de la población. Las clases altas piensan más en las relaciones sociales al mandar a sus hijos a las escuelas privadas y sólo una minoría ilustrada dentro de las clase medias y medio altas, está consciente del problema, los que además de las relaciones sociales buscan una educación de alto nivel el cual es un fenómeno escaso y caro.

El documental está siendo exaltado, criticado y vilipendiado, sin embargo marca un hito en la penetración de este problema en la sociedad y crea conciencia, una dolorosa conciencia que dada la publicidad que está obteniendo tendrá que ser atendida por los partidos, más allá de sus posturas de tolerancia ante el sindicalismo oficialista, cómplice del sistema político que existe en México y que ha sido defendido tanto por el PAN, que lo ha utilizado en su provecho, el PRI, que lo creo y lo sigue utilizando desde sus bastiones estatales o el PRD, que obtiene clientes de los sectores más radicales, como es el caso del SME.

 La primera consecuencia política de esta publicidad la vimos reflejada en la desvinculación pública entre el magisterio y el PRI, que terminaron rompiendo su alianza electoral ante el costo político que le significaría a este partido seguir unido con el PANAL de Elba Esther. Cuál será el costo que tendrá que pagar López Obrador por su vinculación con sindicatos o grupos sindicales radicales en Oaxaca, Michoacán y Guerrero, y por el lado del PAN, la alianza entre Calderón y el SNTE necesariamente será hecha pública durante el transcurso de las campañas electorales, de eso no me cabe duda.

El desprestigio brutal del SNTE tocará duramente a los maestros y radicalizará la postura de quienes no entienden el problema a cabalidad, ya que el problema de los maestros y su baja preparación, de las escuelas destruidas e inoperantes a pesar de la brutal inversión en educación que desde los programas educativos se realiza, del desconocimiento de las propias autoridades de la situación que priva en el sistema, de los hurtos cotidianos hormiga de los sistemas de cómputo, del fracaso de Enciclomedia y las aulas virtuales, y de las muchas cosas que denuncia el documental, es culpa de la orientación hacia la política de partidos que tiene el magisterio, donde el sistema educativo es rehén de los partidos y sindicatos estatales y federales que siguen existiendo innecesariamente en muchos Estados, sin que su existencia y duplicidad tenga sentido, ya que ahora es un sólo sistema educativo después de la descentralización, lo que duplica el número de comisionados, de clientes incondicionales de los partidos que cobran sin trabajar, alimentando el número de promotores del voto en lugar de asistir a las aulas a dar clases.

Mientras no cambie esa realidad, mientras no se asuma que el problema es de tipo organizacional y se siga creyendo que es laboral y educativo solamente, no lograremos nada, seguiremos haciendo reformas educativas fracasadas que seguirán siendo criticadas desde posturas ideológicas de izquierda y de derecha, seguirán pidiéndose reformas desde la educación o desde lo laboral que incluyan la desaparición del SNTE, sin entender que en América Latina los sistemas educativos están en la misma situación de deterioro que el nuestro a pesar de que en su mayoría no existen sindicatos y los que existen no son la mitad de poderosos del SNTE.

 La solución tiene que ser otra: la SEP se tiene que fragmentar en al menos cuatro agencias autónomas nacionales; al SNTE se le tiene que dar un nuevo marco jurídico que revierta el marco corporativo en el que se encuentra sin destruir sus logros económicos, pues se entraría en un proceso de conflicto nacional con el magisterio que nadie desea; se le tiene que dar voz y poder a los padres y redefinir la estructura de la escuela a partir de la creación de Consejos Escolares paritarios; se tienen que crear instancias particulares de defensa de los derechos de los niños, pues están indefensos en muchos sentidos y esto crea un clima de violencia escolar que luego llega a las calles, ya que las reformas que se han hecho para evitar la violencia escolar son de corte autoritario y son un fracaso; se tiene que redefinir el perfil de ingreso a las normales contemplando perfiles sicológicos amparados en el Interés Superior de los Niños para evitar reclamos en Derechos Humanos. Estas y otra reformas que plasmo en el libro “Fracaso Educativo y Políticas Públicas en México” editado por la UPN, son necesarias para reconstruir un sistema que está en ruinas tal y como el documental nos muestra.

viernes, 20 de enero de 2012

Los origenes del problema educativo

El problema de la educación básica pareciera que no tiene solución, los años pasan, las evaluaciones catastróficas internacionales como PISA vienen cada año y sigue sin pasar nada, cambian los Partidos Políticos en los gobiernos estatales y federales y los Secretarios de Educación y no pasa nada, presiona la sociedad civil desde organizaciones nacionales como “Mexicanos Primero” , “México a Debate” y otras muchas y sigue sin pasar nada, se hacen películas sobre el problema, la última, “De Panzazo”, con difusión nacional donde vemos en forma descarnada el problema y tampoco pasa nada o mejor dicho, las medidas costosas e improductiva se siguen dando como la Carrera Magisterial, Enciclomedia, y montones más de programas cada uno más ineficiente que el otro –sobre todo los dirigidos al medio indígena donde se calla el estado de desastre en que se encuentran las “Escuelas Unitarias”-- y más costoso que el anterior. Pareciera que el gasto en educación es el mismo barril sin fondo que la famosa “Estela de Luz” símbolo de la corrupción de un sistema que ningún partido político quiere cambiar.
Lo primero que se tendría que hacer es parar el espectacular gasto en educación en programas educativos sin fondo que están condenados al fracaso, como el que viene, del aula digital, que es un fracaso anunciado y tomar en serio el problema, desde su raíz.
Caracterizando el problema desde su origen, tenemos que el Sistema Educativo Mexicano (SEM) desde la época de Vasconcelos, surge como un proyecto que, desde la legitimación de un proyecto revolucionario triunfante, es dirigido desde la visión un modelo liberal ilustrado a resolver el problema educativo del país, sin embargo el proyecto inicial hace agua prontamente, ya que la instancia nacionalista-socialista triunfante, el cardenismo, desde el Estado, decide utilizar el naciente SEM en aras de un proyecto ideológico-político de izquierda privilegiando el adoctrinamiento y la formación para la lucha social y de clases y dejando lo educativo para después, cuando el proyecto triunfe.
Sin embargo las aguas pronto retoman toman su curso, el sistema se corrompe y deviene un hibrido, el Estado Revolucionario priista, el que con una ideología no muy clara se apodera del sistema educativo manteniendo el proyecto de apoyo al Estado e integrando a los maestros controlados por sus líderes --los verdaderos beneficiarios del sistema--, como ejecutores, divulgadores y formadores de ciudadanos que apoyan al régimen en consolidación y son premiados con un esquema jurídico asado en privilegios que comparten con la burocracia gubernamental, es decir, el SEM desde este momento tiene una función política partidista que permite a una cuasi dictadora de partido su permanencia y legitimación en el tiempo, ya que fuera de sus orígenes vasconcelistas iniciales, no se plantea resolver el problema educativo, se plantea utilizarlo en su provecho politizándolo desde los partidos políticos. Ese es el sistema educativo que hereda el PAN en el 2000, el que no ha sido capaz de reformar ya que el esquema es muy útil para la lucha electoral como hemos visto.
Mientras no cambie este esquema como planteo en mi último libro, los recursos dirigidos a este sector serán como cubetadas de dinero a la basura, inyecciones al fomento a la corrupción, grandes negocios de funcionarios sin escrúpulos sin ningún resultado real para los mexicanos.